RELIQUIAS

En la Edad Media surgieron disputas entre las catorce abadías y colegiatas
que poseían la reliquia del Santo Prepucio de Jesucristo.
Devoción que continuó hasta el 3 de diciembre de 1900
en que la Suprema Sacra Congregación expidió el decreto 37-A
que prohíbe hablar de esta reliquia bajo pena de excomunión.
No es ésta la única reliquia del Cuerpo de Jesucristo que ha venerado la Iglesia Católica.
Además del Santo Prepucio, está la Santa Sangre de Mantua, el Santo Ombligo de Roma,
así como mechones de los Santos Cabellos, pelos de la Santa Barba, un Santo Diente,
una Santa Lágrima y recortaduras de las Santas Uñas.
Durante las guerras de religión y la revolución francesa
fueron destruidas muchas reliquias extravagantes,
y es así como desaparecieron un Estornudo del Espíritu Santo,
un Suspiro que lanzó San José al aserrar madera,
las espinas de los pescados multiplicados por Jesucristo,
la cola de su asno,
los rayos de la estrella de los Reyes Magos,
una pluma del Arcángel San Gabriel,
las cenizas de Abraham,
la leche de los pechos de la Virgen,
los cuernos de Moisés,
los pañales del Niño Jesús
o la columna sobre la que cantó el gallo de San Pedro.

En mis sueños permanecen inalterables las huellas de tus caricias soñadas