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Edmond Wells.

Fantasía cotidiana.

Fantasía cotidiana. Cada mañana, invariablemente,
mientras estoy en un trabajo que antes adoraba,
y que ahora lo veo como una forma de sobrevivir,
pienso en ella en multitud de ocasiones,
y me la imagino
haciendo exactamente lo que mismo que yo:
Yo pienso en ella pensando en mí.
Ella piensa en mí pensando en ella.
¡Pobre corazón loco de tanto imaginar mundos
en donde sólo existe la ternura...!

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